Curso de francés en Biarritz, Francia

El profesor era muy agradable y conocí a muchos estudiantes de todo el mundo, muchos de los cuales se convirtieron en buenos amigos. Mi anfitriona era encantadora y me ayudó mucho. Nos preparaba comida deliciosa y la casa era muy acogedora.

Las clases eran entretenidas, con un número de alumnos adecuado y muy interesantes. Las clases de golf eran magníficas. Mi familia de acogida también era muy agradable.

El curso me fue de ayuda y aprendí mucho. Los profesores eran muy majos y entusiastas, lo que hacía que las clases fueran muy interesantes. El alojamiento fue para mí la mejor parte. Mi familia de acogida era la pareja más encantadora que he conocido nunca y me sentí muy bien recibida en su casa. Sigo en contacto con ellos y espero hacerles una visita de nuevo pronto.

Profesores maravillosos y una atmósfera genial. Lo disfruté muchísimo. Mi habitación estaba limpia y el apartamento estaba muy cerca de la escuela. Lo pasé muy bien en Biarritz. Conocí tanto muy buenos estudiantes como profesores. La escuela de surf tenía un muy buen ambiente y las olas fueron buenísimas todos los días. No puedo esperar al al año que viene… la próxima vez me quedo un mes… ¡o dos!

La escuela cuenta con buenos profesores, que además son muy amables. Hay muy buen ambiente en las clases y una buena combinación de gramática y conversación.

Muy buena enseñanza por parte del personal que era muy dispuesto, y una gran variedad de actividades organizadas. La familia era muy cercana y las comidas que me brindaron fueron muy buenas.

Las clases fueron muy buenas. La escuela ofrecía actividades extra a precios reducidos, y tenían un programa muy interesante y variado. El nivel de los estudiantes y las clases era excelente y permitía el movimiento entre grupos. El contenido de las clases y las actividades era óptimo, variado y adecuado a mi nivel. ¡De veras disfruté ir a la escuela durante 3 semanas y aprendí muchísimo! Mi anfitriona fue muy cercanos y me cuidó bien. Cocinaba para mí, lavaba mi ropa y siempre estaba dispuesta a ayudar. Era muy educada y se interesaba por los demás, por lo que nunca nos faltó conversación. No hablaba idiomas extranjeros, por lo que debía hablar en francés con ella, lo que fue una buena práctica. Ir a la escuela en Biarritz y practicar mi francés con una familia de acogida es la mejor forma de mejorar las aptitudes lingüísticas. Vale más que un año de clases particulares por las tardes ¡y el progreso y los resultados son increíbles! Se lo recomiendo a cualquiera, jóvenes o mayores, si te tomas en serio aprender, ¡es de gran valor por tu dinero!

He ganado mucho con el curso. Mi familia de acogida era gente muy amable y cercana.

Me pareció que la escuela tenía un buen nivel de enseñanza y las clases eran muy útiles. Mi anfitrión tenía una casa muy acogedora y me ayudó mucho con el francés, me animaba a hablar. La comida también era muy buena.

Sobre todo, disfruté mucho con la experiencia.

Fue de gran ayuda. El profesor era excelente, y no hablar mi idioma fue algo positivo pues me hizo mejorar la comprensión general y amplié mi vocabulario. Mis anfitriones fueron muy majos. Además, el hecho de que no hablaran mi idioma me ayudó a esforzarme por comunicarme en francés.

Fue de gran utilidad puesto que cubría la gramática pero también, de forma más práctica, el francés hablado más diario y coloquial. Mi profesora era joven y era como una más de nosotros y el hecho de que pudiéramos identificarnos con ella nos hacía mostrar atención. La familia de acogida era encantadora y la hija me enseñó la ciudad la primera noche, fueron muy comprensivos y pacientes. También me fueron de gran ayuda en mi aprendizaje de francés, enseñándome y corrigiéndome. Eran muy majos, fue mejor de lo que esperaba. No quería volver a casa, en serio. Conoces a gente de todo el mundo y acabas muy unido. Estaba tan a gusto que podía haberme quedado para siempre.

Fue fantástico, disfruté cada minuto de mi estancia y no hubo nada sobre el curso, el personal o el alojamiento en que pudiera hallar defecto alguno.
La ciudad era encantadora, los estudiantes muy cercanos y las clases de francés fueron muy buenas a la par que divertidas.
Las clases de surf fueron increíbles y los instructores eran muy simpáticos, se hicieron amigos nuestros y salíamos juntos por la noche. La casa era muy acogedora, limpia y bonita. Mi habitación era amplia con cama doble y un escritorio, también tenía mi propia conexión a internet. La familia de acogida era muy maja y me ayudaron mucho, también divertidos. Me proporcionaron todo lo que podía necesitar.

Fue en general una quincena muy agradable y no dudaría en recomendar la escuela de Biarritz. Tuve dos profesores diferentes durante mi estancia, ambos excelentes, que mantenían un ambiente relajado aunque exigente en las clases.

El curso era particular y adaptado exactamente a mis necesidades y nivel actual (bajo). Quedé especialmente impresionado con la disposición del personal para ajustar los horarios que preferías. Mi anfitrión era muy amable, la habitación y la cama donde me hospedé eran amplias y la comida era excelente.